Mi Historia

Un multipotencial… soñador desde pequeño, explorador en la actualidad.

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Casi todos me conocen como Hunab Amaya. Mi primer gran desafío fue perder a un ser amado desde muy pequeño: mi madre. Eso motivó una intensiva búsqueda para comprobar que al morir, debía haber algo más allá. Más tarde llamé a dicha travesía "Espiritualidad".
Durante mi infancia y adolescencia crecí en un entorno aparentemente próspero, pero lleno de creencias limitantes. Un mundo en el que todo debía ser siempre "trabajar en exceso y gastar con presupuestos muy ajustados”. Recibí educación sobre la impecabilidad en muchos aspectos, excepto sobre el poder de la palabra y otras creencias sobre el dinero, el éxito y el sentido de la vida. Fue entonces que la música representó un medio de sanación a mis 12 años, pues invertí largas horas en practicar con mi guitarra.

Mi primer empleo fue a los 13 años como “cerillito”; así es como se le conoce a los empacadores en los supermercados de latinoamérica. Para cualquier familia promedio, dicha labor podría considerarse como indigna o “de pobres”. En mi mente no existía espacio para la vergüenza, yo sólo quería ganar un poco de dinero para poder invitar a la chica que me gustaba a salir. Después de 6 meses de trabajo, al contar mis ganancias y abrir mi primer cuenta bancaria, caí en cuenta que había reunido al rededor de $15,000 pesos mexicanos ($750 USD) en monedas que llenaban un mueble entero de la casa. Mi padre no podía creerlo. Al cumplir 14, una academia de música me ofreció dar clases como profesor y sin dudarlo un segundo acepté la oferta. Entonces comencé a generar experiencia en educación con gente de todas las edades.

Así estuve 3 años más de mi vida; trabajando en lo que más amaba y leyendo arduamente libros de metafísica y espiritualidad. Necesitaba estar seguro que aún podía encontrar a mi madre en algún lugar del Universo. Las cosas en casa eran difíciles, pues ningún padre sensato desea que su hijo se transforme en un músico “Hippie” (especialmente en México donde no existen muchas oportunidades dignas para los músicos). Tras independizarme a los 17 años de edad, fui directo a trabajar en donde parecía haber una oportunidad "segura" de ingreso económico: un Call Center. Después de 2 años de intentar ascender en la empresa, así como de darme cuenta que estaba haciendo lo que me prometí jamás hacer, decidí abandonarlo todo y seguir mi más grande pasión hasta el momento: la música.

Me hice de un dinero como parte de la herencia de mi madre, y justo al cumplir los 19, comencé a invertirlo en construir una escuela de música en el centro de Monterrey, México. Mi socio era mi mejor amigo, quien contribuyó con un porcentaje de capital inicial modesto para formar parte del proyecto. Pasamos momentos maravillosos y duros. La escuela, Legatto Institute ®, creció muy rápido y la gente realmente valoraba nuestro trabajo y la calidad educativa. Realicé planes de estudio de alta calidad para gente que, como yo en algún momento, deseaba estudiar música de manera formal y accesible. Dicha escuela se transformó en un hogar para músicos incomprendidos de todas las edades; una gran familia.

Luis Amaya Legatto
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Pasó el tiempo, y las oportunidades se fueron haciendo más grandes y en mayor cantidad. Entrevistas en la radio y revistas, visitas de artistas famosos a la escuela, alianzas con otras escuelas y patrocinios de marcas reconocidas. Entonces fundé mi segundo negocio llamado Mayan Solutions ®, que comenzó como una pequeña oficina de marketing con sólo 3 personas contratadas y que proveía servicio a la escuela de música y a 2 clientes extranjeros más. Alcancé aquello que consideraba como el éxito cuando tenía 22 años: me vi parado en un edificio de 3 pisos lleno de clientes felices de adquirir los servicios de mis marcas. Tras docenas de libros leídos y la constante práctica de la "prueba y error", logré manifestar la profesión de mis sueños y la vida que soñaba durante la adolescencia (la que la sociedad me dijo que debía buscar obsesivamente). Y adivina qué... me sentí insatisfecho. Había un vacío muy inusual dentro de mí. El precio por cumplir dicho sueño también había sido muy alto, y existían otras situaciones externas que todos los días ponían un inmenso peso en mis hombros. Al poco tiempo se vino una crisis económica que me orillo a tomar una decisión muy dura: cerrar la escuela definitivamente.

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Caí en una fuerte depresión… veía mis sueños desmoronarse frente a mis ojos. Tomé mi automóvil y me dirigí a una montaña alta justo fuera de la ciudad, en donde pasé medio día hablando conmigo mismo, contándome la historia de mi vida, como si quisiera encontrar sentido alguno en lo que estaba ocurriendo. Entonces, lo que hoy interpreto como "la voz del espíritu de mi madre" surgió desde el centro de mi corazón diciendo: -La vida es más que dinero, negocios y fama; es como subir una montaña y desde lo alto ver que hay más montañas por escalar ¿A caso no te das cuenta que eres nuevamente libre de todo aquello que no te permitía viajar y expandir tus horizontes? Sigue pues subiendo montañas, disfrutando el subir, llegar a la cima, y bajar de ella.

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La misma semana que cerramos la escuela de música recibí una oferta de trabajo en una empresa llamada Eco World Building ®, dedicada a la construcción sustentable. Resoné tanto con la filosofía de la compañía que muy pronto comencé a viajar con el fundador a sus reuniones de negocios. Las cifras millonarias comenzaron a aparecer en mi vida y podía ver con mis propios ojos a un hombre de más de 30 años de experiencia haciendo negocios con empresas de alto calibre en los Estados Unidos y la Riviera Maya. Ese hombre se transformó en mi mentor empresarial y en ejemplo de una forma de vida diferente. Con él corroboré todo aquello que había leído a mis 15 años sobre el poder de la manifestación; me convencí una vez más de que somos capaces de alcanzar la vida que soñamos y merecemos. Así que comencé a soñar en grande y sin límites. Permití a mi niño interior guiarme, por lo que recuerdos de comerciales de TV que anunciaban viajes todo incluído a Cancún comenzaron a llenar mis pensamientos.

Después de dar un nuevo "salto al agua" en mi vida, decidí mudarme al Caribe Mexicano, en donde me establecí por casi dos años. Al principio viví en una habitación llena de cucarachas y olor a humedad, no más grande que 20 metros cuadrados. Entonces surgieron dos marcas más que me ayudarían temporalmente a generar dinero: Easy Web y Dronez. Podrás imaginarme sentado frente a mi ordenador trabajando desde el amanecer hasta el anochecer en un cuarto maloliente, sin dinero y con hambre; eso sí, a 100 metros del mar turquesa de Playa del Carmen.

En la Riviera Maya contemplé la naturaleza en todo su esplendor, sintiendo por primera vez un llamado espiritual que iba más allá de lo que estaba acostumbrado. Después de 4 meses de trabajar duro para sobrevivir en “el paraíso”, una oferta de trabajo que cambiaría mi forma de ver el mundo llegó a a mí. La ONG México Sostenible, dedicada al Turismo Sostenible en México, necesitaba un director de arte y producción. La fundadora de la ONG me llevó, al igual que mi "padre rico", a sus reuniones laborales, las cuales iban más allá de los negocios: buscaban salvaguardar la naturaleza del Caribe. Entonces aprendí que la vida del lujo y la prosperidad podía suceder en armonía con la naturaleza y el medio ambiente.

Hunab Amaya Mexico sostenible
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Durante el mismo periodo de tiempo, encontré una fundación llamada Todo Con Amor, en donde comencé a contribuir de manera desinteresada y desde el alma con mi música. Con su fundador, Juan Manuel Espinoza, conocí un nuevo concepto llamado Música de Sanación, y juntos exploramos los estados más profundos de meditación y conexión con el Universo. Estaba inspirado, y continuaba practicando lo que mis dos mentores, padre y madre ricos, me enseñaban sobre el poder de la manifestación a través del espíritu. Ideas maravillosas llegaron a mi mente, y comencé a materializarlas. Por un lado, desarrollé Nahua Yoga, que es una marca dedicada a preservar e innovar la mexicanidad a través de la Sabiduría Tolteca, el Movimiento y la Ensoñación; conceptos de espiritualidad americana que había revolucionado mi manera de percibir e interpretar la vida. Por otro lado, tras conocer a uno de mis ídolos en motivación personal, Ricardo Perret, y volverme su amigo, desarrollé técnica de bio-retroalimentación (bio-feedback en su idioma original) para armonizar el corazón con el cerebro. Dicha tecnología la llamé Soul Sync ®, y es utilizada como apoyo esencial en mi trabajo.

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Decidí entonces viajar por todo el mundo para descubrir la fórmula para hacer funcionar sociedades y llevarlas a la prosperidad sin dañar el medio ambiente. Como pude, reuní los fondos para pagar mis vuelos, y un largo viaje comenzó. Europa me deslumbró con su asombroso sistema social y cultural. Conocí personas maravillosas y lugares asombrosos. La cultura me mostraba en resultados lo que sucede cuando las personas son responsables, comprometidas y honestas. También entendí que la riqueza y la abundancia no dependen del dinero, sino de un estado mental que es mayormente heredado en las familias como algo que simplemente hay que aceptar.

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Entonces llegué a India, la cuna del Yoga y el Hinduísmo. Ahí experimenté diversos sistemas sociales que nada tienen que ver con el pensamiento occidental, en donde las personas dedicadas a la práctica espiritual son alojadas en instituciones llamadas Ashrams, en donde pueden desenvolverse en más aspectos de sus vidas y experimentar la liberación. Medité junto a Rishis y Gurus, personas con gran poder político y personal que promueven el despertar colectivo para mantener la paz en el planeta. Aprendí de música ancestral y su gran poder para reconfigurar nuestra esencia humana. Incluso conocí una ciudad llamada Auroville, en donde de una manera casi inconcebible se logró construir infraestructura innovadora y sofisticada en armonía con la naturaleza y con cimientos espirituales de aceptación de derechos y pensamiento universal. Aprendí que a través de la compasión es posible vivir una vida llena de prosperidad y armonía.

Hunab Amaya in India

De regreso de este épico viaje a mi país natal, elegí el pueblo de Tulum por el tipo de turismo que atraía en ese momento. Ser artista en Tulum es un gran mérito que es muy bien compensado económicamente. Me ajusté rápido al pueblo, pues ya estaba acostumbrado a todas las características geográficas de la Riviera Maya. En este punto mi círculo social comenzó a cambiar radicalmente y me hice de una "familia cósmica", la cual llamo así porque cada integrante parecía haber sido parte de mi vida en algún otro momento, pero esta vez con atributos y cualidades refinados. Todo mi trabajo personal estaba dando frutos, hasta mis amigos y amigas (quienes me recordaban a familiares cercanos) irradiaban estados de consciencia con los que me identificaba y sentía resonancia. Esta vez lo que me sacudió fue el abrupto cambio que la sociedad tulumeña sufría a causa del dinero. Como Tulum es una zona turística de un nicho muy peculiar, al estilo Bali o Ibiza, no sólo el dinero fluía por montones, también las drogas y los estafadores. En poco tiempo se cometían crímenes terribles cada noche, y sindicatos de transportistas y mercaderes se organizaban para establecer precios injustos a todos, incluyendo a los mismos mexicanos. Agregado a esto, los temas de tratamiento de agua en el pueblo y zona hotelera mostraban deficiencias que parecían no importar a nadie y que terminaron por contaminar depósitos de agua pura y natural ubicados en el subsuelo. Turistas y habitantes haciendo vista gorda de lo que estaba ocurriendo.

Casi de milagro, poco antes de caer en un engaño titánico relacionado al crimen organizado, un amigo mío me ofreció una "ceremonia de Bufo Alvarius" la cual abrió algo nuevo y distinto en mi interior. Una clara señal de que había que llevar energía de ayuda a un lugar en particular muy cercano: la laguna de Bacalar.

Hunab Amaya

Y es aquí justo donde hoy me encuentro. En la mítica laguna de Bacalar, donde los Estromatolitos, que son los seres vivos más antiguos que han visto la evolución de la vida se están jugando a la extinción. El espíritu de estos seres es el color azul, es la paz, la claridad y la pureza. Junto a un complejo ecosistema de organismos, los Estromatolitos mantienen los deslumbrantes colores de la laguna y purifican el aire como ninguna otra planta logra hacerlo. Estoy aquí porque la música y el amor pueden ayudar a crear consciencia sobre estos seres y evitar que sigan siendo destruidos por turistas y gente local. Aquí estoy aprendiendo a que los desafíos colectivos como el balance ecológico y social son temas que, cuando se tratan con atención y voluntad, pueden dar sentido profundo a nuestra vida. La medicina para sanar no sólo es ser consciente, sino es tener el valor de hacer o dejar de hacer algo para sanar. Por ello iniciamos nuestra organización Seres en Conciencia.

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"No vamos a ser capaces de pilotar nuestra Nave Espacial Tierra durante mucho tiempo más, a no ser que entendamos que es una única nave, y que nuestro destino es común. Tenemos que ser todos, o no seremos ninguno.“

BUCKMINSTER FULLER

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Si has llegado hasta aquí, sólo me queda decirte GRACIAS. Espero de todo corazón que mi historia sea un medio de inspiración y motivación para que logres manifestar la vida que sueñas y que, estoy seguro, mereces. Considera dejar un donativo para la fundación Seres en Conciencia, donde nos encargamos de llevar conciencia al mundo.

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