Conciencia es…

Vamos a realizar un experimento de sólo algunos segundos. Respira profundo, y mientras exhalas suavemente intenta imaginar que puedes mirar y escuchar todo lo que está ocurriendo desde afuera de tu cuerpo. Puedes mirar incluso tu propio cuerpo durante esta experiencia, como si te miraras a ti mism@ desde los ojos de “alguien más”. Inténtalo en una postura cómoda y con los ojos cerrados y al transcurrir el tiempo regresa a leer.

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¿Qué es la consciencia?” es una pregunta que entre más se busca responder más complicada la respuesta se convierte. Entre muchas instituciones al rededor del mundo se han puesto “medio” de acuerdo para definir la conciencia como “el entendimiento o conocimiento que un ser vivo tiene de sí mismo (de su propia existencia) y de su capacidad para actuar sobre su entorno“. Entonces ¿la conciencia es algo que se puede experimentar más que algo que se pueda tener? Porque estamos muy acostumbrados en Latinoamérica a decir que “no hay conciencia” cuando se hace algo sin saber exactamente qué se está haciendo. También relacionamos la falta de conciencia con la ignorancia en general, y en algunos lamentables casos hasta con la escasez de recursos. Como si quien tiene más conciencia tuviera alguna especie de superpoder sobre el resto de “inconcientes”.

Lo que sí sabemos es que quien practica la conciencia actúa distinto a quien no se toma siquiera el tiempo de experimentarla. Para entenderlo mejor hay que imaginar que nuestra percepción es como una burbuja; todo aquello que nuestros sentidos son capaces de percibir como la luz, el sonido, el aroma o las emociones se encuentra dentro de una burbuja donde nuestra conciencia es el centro. Nuestra conciencia experimenta su propia burbuja según sus capacidades y es capaz de expandir dicha burbuja según ponga su atención en ello. La conciencia sería entonces esta unidad de percepción que experimenta el Universo a través de nuestro cuerpo. Pero la conciencia es incluso más que eso, porque una vez que se practica es posible acceder a lugares del interior y del mundo externo que antes eran invisibles o inexistentes.

Deseo compartir algunas maneras en las que yo mismo he logrado experimentar mi propia conciencia:

Intención Auténtica

Una manera en la que he experimentado mi propia conciencia es a través de la intención auténtica. Esto significa estar completamente presente y enfocado en lo que estoy haciendo en cada momento, sin distracciones ni pensamientos negativos. Es atender un lenguaje que viene desde el interior y que no parece racional a primera instancia. En Latinoamérica llamamos a esto una “corazonada”. Esto me ha permitido estar más en contacto con mis propias emociones y pensamientos, y también me ha ayudado a tener una mayor comprensión de mí mismo y de los demás.

El Poderoso Silencio

Otra forma en la que he experimentado mi propia conciencia es a través del silencio o la meditación tipo “mindfulness”. Esto significa tomar tiempo para mí mismo y alejarme del ruido y la distracción del mundo exterior. En estos momentos de silencio, he sido capaz de escuchar mi propia voz interior y tener una mayor comprensión de mis pensamientos y emociones. También me ha permitido tener una mayor conexión con mi espíritu y con el mundo que me rodea. Parte de la magia del silencio está en que hay que contemplar nuestra reacción hacia él, sin juzgarnos por los pensamientos que puedan venir a nosotros. Pasar días en silencio puede ser muy poderoso para realizar una autoevaluación del poder de nuestras palabras y las de los demás, y de cómo podemos refinar dicho poder.

Más Allá del Cuerpo

La manera en la que experimento la existencia más allá del cuerpo es a través de la práctica del sueño lúcido, lo que significa ser consciente y tener control sobre tus sueños mientras duermes. Esto puede ser una experiencia increíblemente profunda y reveladora, ya que te permite explorar mundos y escenarios que de otra manera serían imposibles de alcanzar. Estas experiencias son tan impactantes que sí influyen a nivel neuronal… por eso cuando soñamos sentimos lo que soñamos, incluso al despertar.

Para practicar el sueño lúcido, hay algunas cosas que puedes hacer:

  1. Mantener un diario de sueños: Escribir tus sueños nada más despertar puede ayudarte a recordarlos con mayor claridad y a ser más consciente de ellos en el futuro.
  2. Establecer intenciones de sueño lúcido: Antes de acostarte, puedes establecer la intención de ser consciente e influir en tus sueños. Esto puede ayudarte a estar más alerta durante el sueño.
  3. Realizar ejercicios de realidad: Durante el día, puedes hacer ejercicios de realidad, como preguntarte constantemente si estás despierto o si estás soñando. Esto puede ayudarte a ser más consciente de tus sueños y a tener más control sobre ellos.

Con la práctica y la determinación, el sueño lúcido puede ser una forma increíblemente poderosa de explorar tu conciencia más allá del cuerpo y de tener una mayor comprensión de ti mismo y del mundo que te rodea.

¿Crees que vale el esfuerzo despertar a nuestra consciencia? ¿Será a caso que “despertar” signifique experimentar algo más elevado a nuestra experiencia individual?Hunab Amaya

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