¿Quién es un guerrero?
El guerrero es quien hace de la vida una búsqueda, el que trata de sacarle sentido a cada momento, que valora la sabiduría y la compasión. Quien aprende a manejarse vital y existencialmente, es toda sagacidad y está libre de violencia.
Hunab Amaya
Actitud del Guerrero Espiritual
Es un guerrero el que entona el ánimo, no desfallece, saca inspiración de la tristeza, valora lo positivo y no se pierde en lo negativo. Es recio y recto; procura ser ético y ecuánime, intenta no caer en sus propias trampas, convierte la vida en la gran maestra, trata de liberar la mente de engaños y autoengaños, pretextos falaces y componendas.
Valores del Guerrero Espiritual
Además, valora la inteligencia clara y la ternura expansiva, está siempre en el intento de auto desarrollarse para beneficio propio y de los demás, vive sin odio entre los que odian, con alegría entre los abatidos, con confianza entre los desconfiados, con júbilo entre los desolados, con ánimo entre los desanimados y con desapego entre los codiciosos.
El Guerrero y su Entorno
El guerrero espiritual es una actitud, un aroma, una presencia. Puede ser un estudiante, el ama de casa, el hombre de negocios, el campesino o cualquier persona que procure un significado de crecimiento interior a su vida, que asocie el desarrollo externo con el interno, que esté en el intento y en el empeño de abrillantar la consciencia, de pulir la inteligencia primordial y desenvolver el amor y la compasión.
Conquista Interna del Guerrero
El guerrero es cuidadoso consigo mismo y con los demás, evita el daño, promueve el bienestar, desarrolla un sentimiento de unidad. Es un verdadero guerrero espiritual aquél que aprende a relacionarse consigo mismo, mejora la relación con otras criaturas vivientes, desarrolla sus potenciales anímicos, procura un sentido de integración y mejoramiento a la existencia, promueve las energías constructivas y de crecimiento, instrumentaliza la vida -incluso en las circunstancias adversas, para completar su evolución interior.
Autodisciplina y Conciencia del Guerrero
Sabe vivir a cada instante con consciencia lúcida y ecuánime… o por lo menos no ceja en su intento de conseguirlo. Es un guerrero espiritual el que emprende la conquista de sí mismo. Para ello no se aísla, prosigue con su vida cotidiana, aunque en una dimensión de consciencia y percepción diferente a los que no están en la senda de la búsqueda; vive instalado en el equilibrio, no dejándose perturbar en exceso por la ganancia o la derrota, el encuentro o el desencuentro, el elogio o el insulto.
El Poder de la Autoconquista
No hay mayor conquista que la de uno mismo; no hay mayor conocimiento que el conocimiento interior; no hay mayor alegría que la que brota de la fuente interna de serenidad y no depende exclusivamente de los eventos del exterior. El guerrero más poderoso es aquel que logra vencerse así mismo.
Meditación y Silencio del Guerrero
El guerrero espiritual aprende a no lamentarse ni auto compadecerse. No se complace en la duda por la duda; investiga, aprende, titubea, pero no es la suya la incertidumbre escéptica, estéril y desertizaste. Apela a la inteligencia humana y desarrolla la comprensión clara, aunque sabe que muchos seres humanos ni siquiera entienden lo que es comprender. Ama el silencio exterior, cuanto más el interior.
Atención y Vigilancia en la Vida Cotidiana
Remansándose en sí mismo, en meditación fecunda, renueva sus energías, su visión clara, su ánimo estable. En meditación, cultiva metódicamente la atención y bruñe la consciencia. En la vida cotidiana prosigue alerta, porque sólo los atentos están vivos y evitan herir en pensamiento, palabra o acción. Porque esta atención le hace ser preciso, autoconsciente y vigilante, y no se identifica con negatividades propias o ajenas.
Valores y Creencias del Guerrero Espiritual
En la meditación y en el silencio interior, el guerrero escucha la voz de su ser que le infunde nuevos ánimos. No cree en la violencia, sabe que la única ley eterna es la del amor. No cree en la coacción ni en medios coercitivos, sabe que la disciplina consciente es imprescindible, así como el confrontar la vida con sentido de esfuerzo. No se ofende por banalidades, no se inmuta por trivialidades. No cree que pueda florecer nada hermoso del miedo, tampoco cree en el desorden, pero su orden no es rígido ni neurótico. Sabe que la limpieza del mundo debe empezar con la de la propia mente.
Equilibrio y Cuidado del Guerrero Espiritual
Aprecia su cuerpo, lo atiende, lo dispone, lo prepara, pero sin apego, sin obsesiones. También cuida su mente y la cultiva con esmero. Impone una dosis de dignidad a su carácter y examina su conducta. A través de la meditación recobra su armonía básica, siendo su postura símbolo de su talante. Desde la tierra en la que se apoya quiere proyectarse a la totalidad.
El Guerrero en la Superación Personal
Sólo un guerrero soporta el camino de la superación. Su vida es un desafío, y los desafíos, no son ni buenos ni malos, simplemente desafíos. La vida del guerrero es una búsqueda, porque lo que cuenta es su actitud. No importa qué trabajo o función le haya tocado desempeñar y, aunque aparentemente es como las personas comunes, su actitud es la que le diferencia, marca y define como aprendiz espiritual.
Lucha y Perseverancia del Guerrero Espiritual
Sabe lo que debe excluir y lo que no puede olvidar; sabe qué dirección no puede ignorar; se deleita con la visión capaz de relativizar y no magnificar y, permeable y poroso, tiene un reconfortante sentido del humor y evita conflictos innecesarios. Es la contienda contra los hábitos internos, las emociones negativas, las conductas agresivas y las propensiones egocéntricas la que el guerrero espiritual emprende, tratando de descubrir y superar sus reacciones mecánicas, sus condicionamientos de apego y odio, sus falsas racionalizaciones y sus automatismos mentales y afectivos.
Independencia de Pensamiento del Guerrero
Así su vida adquiere un sentido pleno y especial, cooperando con la realización propia y, a través de ésta, contribuyendo en la de otras criaturas. El guerrero no es ciego, ni se acomoda ni se amolda. No es un salvador de almas ni un revolucionario que toma las armas, pero desconfía total e inteligentemente de los “valores” y modelos que una sociedad ciega y mecánica fermenta y, desde su posición social, profesional y familiar, intenta seguir investigando, obtener lo más hermoso de sí mismo para compartirlo con los demás, y no dejarse anegar por las directrices y sentimientos negativos de una sociedad que es una mala copia de lo que debería ser.
Libertad Interior del Guerrero Espiritual
El guerrero espiritual, en la medida en que se va completando a sí mismo, va reencontrando esa nueva manera de pensar, sentir, vivir y relacionarse, que no está de espaldas a su ser interior, sino que se inspira en ese ser interior y reporta una dicha y un equilibrio no supeditados a las influencias exteriores. Sin estar tan obsesionado por lo que le gusta y le disgusta (como le sucede a la gran mayoría de las personas), se convierte en su propio sanador, situado en su naturaleza real, testigo imperturbable pero gozoso del discurrir de los fenómenos vitales, firmemente arraigado en su propio espacio de ser, el guerrero espiritual hace de su vida la satisfactoria y profunda investigación de “aquello” que nunca dejó de ser y convierte la propia vida en una aventura hacia el despertar de la conciencia, aprendiendo a manejarse en el tumultuoso océano de lo cotidiano y en el inspirador océano de su vida interior.
Perseverancia del Guerrero Espiritual
Así es que, habiendo tomado el camino hacia la plenitud y el sentido, confiando en la auto vigilancia y el propio mejoramiento, se va liberando de muchas ataduras, y va deleitando el sublime e incomparable sabor de la libertad interior. El guerrero no se rinde, ante lo que le apasiona, encuentra el amor en lo que hace, y por muchas adversidades que la vida le depare, LUCHA HASTA EL FINAL.